Nos encontramos en un cuarto muy frío, solo estabamos tu y yo, y como testigo el sofá rojo,
tu me buscaste, solo te dije "Hola", de tus lindos labios se oyó una voz suave que decía "¡¡Hola!!".
Te pregunté como estabas, sólo tus lágrimas me respondieron...
Me acerqué a tí, y te abrazé y te dije "Te quiero", tu me tocaste los labios con tus delicados dedos y me besaste....
No te dije nada... solo me dejé llevar, tus besos eran todo lo que hubiera esperado y más, en ese beso de tanta entrega, me demostraste que me amabas.
Te diste la vuelta y te alejaste...
Escrito por Lourdes Isela Martínez Sánchez
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