El cielo estaba tormentoso, la niebla era tan espesa que no alcanzaba a ver más de dos pasos, no sabía bien donde estaba, pero si que en este bosque mucha gente que ha entrado en el, no ha vuelto.
¡No entiendo como pude dejar las riendas sueltas de mi vieja yegua!, mis pies se hunden en el cieno, provocando un plof al caminar, me detengo para tratar de orientarme, cuando escucho un sonido a mi derecha, o, ¿será delante de mí?, el plof se escucha mas leve y se que no son mis pasos... porqué estoy detenida, un frío sudor me corre por la espalda.
Se dice tanto, de estos bosques, hay historias espeluznantes sobre todo la del hombre sin cara que" ¡¡¡Hay!!!.", el grito fué mío, algo me está raspando la cara, me quedo inmóvil, incapaz de hacer nada paralizada por el miedo, ¡el ruido se sigue escuchando y cada vez mas cerca!.
Un sordo gruñido surge de la oscuridad, el terror me invade, el frío es intenso, no puedo ver, y estoy a punto de desvanecerme, y se que voy a morir... ¿quién será?, ¿que dolor y que tortura me espera.......?
Escrito por Francisco José Hernández Giorgana
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